sábado, 5 de septiembre de 2009

La creación del Mundo 2

Mito griego

En tiempos muy remotos, sobre la tierra sólo existían dioses inmortales.

Zeus, Dios supremo del Olimpo griego, que fue hijo y sucesor de Cronos, a quien le usurpó el liderazgo después de sucesivas victorias; representaba al poder y al orden cósmico, aunque sin embargo estaba sujeto al Hado, su propio hijo, que fue salvado por su madre Rea de ser devorado por su padre.

Hado constituye el símbolo del destino y la fatalidad, y para los filósofos antiguos representa la serie y orden de causas encadenadas unas con otras que necesariamente producen un efecto.

En ese mundo de sólo divinidades inmortales, los dioses desearon crear seres para poblar la tierra.

Una vez decidida tal idea, Zeus encargó a los hijos del titán Jápeto, que dotaran de gracias y fuerzas a las criaturas terrenales.

Fue Epimeteo, quien rogó a su hermano Prometeo, que le permitiera repartir los dones entre los seres terrenales.

Epimeteo dio a cada animal un don, la belleza a uno, a otro la potencia, a otro la velocidad, a otro la corpulencia, a otro la sagacidad, etc., según su criterio de conveniencia.

Careciendo de la sabiduría de su hermano Prometeo dio todos los dones a los animales dejando al hombre para lo último, quedando de esta forma el ser humano desnudo, indefenso y desarmado.

Fue entonces cuando Prometeo, el amigo del hombre, viendo la injusticia que se había cometido, tratando de corregir el error y robándole la sabiduría a la diosa Atenea, concedió al hombre la lógica.

Prometeo tomó al género humano bajo su protección y robó el fuego a Hefesto regalándoselo al hombre para que se calentara y pudiera vivir mejor, y le enseñó todo lo que sabía.

Pero Zeus, al enterarse de los dones otorgados al hombre que le permitían parecerse a los dioses, lleno de ira, arrojó rayos y relámpagos y castigó a Prometeo duramente encadenándolo en el monte Cáucaso, en los límites del Universo.

Allí todas las mañanas un águila le roía el hígado, que durante la noche le volvía a crecer para volver a ser devorado nuevamente al día siguiente.

Treinta años más tarde, Hércules liberó a Prometeo de tal cruel sufrimiento.

Hefesto, dios del fuego, modeló en su taller a la primera mujer, que fue inicialmente una estatua de metal.

Como era muy bella, Zeus resolvió darle vida y uno de los dioses le agradeció con los dones de la belleza, la gracia, la inteligencia, la habilidad y el poder de persuasión.

Pero también Hermes la dotó de astucia y falsedad y Hera de curiosidad, inquietud que no le daría paz a la mujer un solo instante.

Zeus le envió a Epimeteo a Pandora como regalo, quien hechizado por su belleza decidió unirse a ella de inmediato.

Como regalo le ofreció a ambos una bellísima caja adornada con piedras preciosas y oro.

La caja estaba cerrada, pero al darle Zeus la llave a Pandora le advirtió que si querían vivir felices no la abrieran nunca.

Epimeteo y Pandora vivieron felices muchos años una vida idílica y tanto ellos como sus descendientes ajenos a todo tipo de problemas, felices como los dioses, sin penas, sin preocupaciones ni vejez que los amenazara.

Permanecían siempre jóvenes, se divertían en forma permanente y vivían de las frutas de la tierra sin matar a ninguna criatura viviente para subsistir.

No existían ni robos ni crímenes y cuando se cansaban de tanto vivir se tendían bajo un árbol y allí se dormían eternamente.

Entonces, una suave brisa los transportaba a un lugar aún más tranquilo y mágico.

Pero un día, la curiosidad pudo más y Hara abrió la caja y fue así como surgieron las desdichas y los males de este mundo, como las enfermedades, las amarguras, los dolores y otras desgracias.

La esperanza fue lo último en salir en forma de un pequeño pájaro y como símbolo del consuelo para la humanidad.

Como se puede apreciar, el mito griego de la creación del hombre se asemeja notablemente al mito de Adán y Eva del antiguo testamento.

Según Hesíodo, en un principio sólo existía el Caos. Después emergió Gea (la tierra) de ancho pecho, morada perenne y segura de los seres vivientes, surgida del Tártaro tenebroso de las profundidades, y Eros (el Amor), el más bello de los dioses. Del Caos nada podía esperarse, hasta que de la acción de Eros, principio vital, salieron Érebo (las tinieblas), cuyos dominios se extendían por debajo de Gea en una vasta zona subterránea, y Nix (la oscuridad o la noche). Érebo y Nix tuvieron amoroso consorcio y originaron al Éter y Hemera (el Día), que personificaron respectivamente la luz celeste y terrestre.
Con la luz, Gea cobró personalidad, pero como no pudo unirse al vacío Caos, comenzó a engendrar sola y así mientras dormía surgió Urano (el Cielo Estrellado), un ser de igual extensión que ella, con el fin de que la cubriese toda y fuera una morada celestial segura y eterna para los dioses. También produjo las montañas, para albergue grato de las Ninfas, que escogieron para ello frondosos bosques.
Urano, contempló tiernamente a su madre desde las elevadas cumbres y derramó una lluvia fértil sobre sus hendiduras secretas, naciendo así las hierbas, flores y árboles con los animales y las aves, que formaron como un cortejo para cada planta. La lluvia sobrante hizo que corrieran los ríos y al llenar de agua los lugares huecos se originaron así los lagos y los mares, todos ellos deificados con el nombre de Titanes: Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Iápeto, Crono; y Titánides: Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemósine y Febe; de ellos descendieron los demás dioses y hombres. Pero como si Urano y Gea quisieran demostrar que su poder estaba por encima de todo, crearon otros hijos de horrible aspecto: los tres Cíclopes primitivos, llamados Arges, Estéropes y Brontes, quienes tenían un solo ojo redondo en medio de la frente y representaban respectivamente el rayo, el relámpago y el trueno y eran inmortales, muchos de éstos ya mortales fueron muertos por Apolo para vengar la violenta desaparición de Asclepio del mundo de los vivos. Finalmente, engendraron a los Hecatonquires o Centimanos, tres hermanos con cincuenta cabezas y cien brazos cada uno que se llamaron Coto, Briareo y Giges.
Por su parte la Noche por sí sola había engendrado a Tánatos (la muerte), a Hipno (el sueño) y a otras divinidades como la Hespérides, celosas guardianas del atardecer cuando las tinieblas empiezan a ganar la batalla de la luz diurna, fenómeno que se repite cada día; las Moiras (Parcas), defensoras del orden cósmico, representadas como hilanderas que rigen con sus hilos los destinos de la vida; Némesis, la justicia divina, perseguidora de lo desmesurado y protectora del equilibrio.

la Creación hindú

En el hinduismo no existe un solo mito para explicar los orígenes, sino que hay tantos como textos, y a veces un mismo texto contiene más de uno. Los más antiguos remontan al Rig Veda, el primero de los cuatro Vedas, escrito a lo largo de los siglos, pero anterior con toda seguridad al año 1000 a.C.
Contrariamente a una creencia bastante extendida, la mayor parte de los himnos védicos –de los que existen en total 1.028, distribuidos en diez libros– no tienen para nada carácter espiritual o metafísico, y son básicamente cantos de alabanza a todo un panteón de dioses antropomorfos. Pero los libros primero y décimo, que coinciden con la aparición del varna, la cuádruple división jerárquica de la sociedad que pronto dio lugar a una proliferación de castas, contienen también los himnos del origen.
En el más popular de todos ellos figura la primera referencia conocida al varna. La creación es el resultado del sacrificio de Purusha (Hombre), el ser primigenio que es todo cuanto existe, comprendido “cuanto ha sido y cuanto será”. Al consumarse el sacrificio de Purusha, que tenía “mil cabezas, mil ojos y mil pies”, la manteca clara que se formó se convirtió en los animales que viven en la Tierra. De este mismo sacrificio nacieron los dioses, Indra (rey amenazador), Agni (Fuego) y Vayu (Viento), así como el Sol y la Luna. La atmósfera se formó a partir del ombligo de Purusha, de su cabeza surgió el paraíso, de sus pies la tierra, de sus oídos el cielo. Tuvieron también aquí su origen los cuatro varnas: de la boca, el brahman (sacerdote); de los brazos, el kshatriya (guerrero); del muslo, el vaishya (pueblo llano); de los pies, el shudra (sirviente).
El incesto primitivo, idea que reaparece con frecuencia en el hinduismo, es el otro medio por el que se produce la creación en el Rig Veda. Una mitología posterior sostiene que el primer hombre, Manu, engendró el género humano con un acto incestuoso; el propio Manu era fruto de un incesto que se había permitido el creador. En los textos mucho más tardíos conocidos con el nombre de Puranas (entre 300 y 1500 d.C.), la historia de la creación es más complicada: el creador del universo fue el dios Brahma, que había surgido del océano primitivo y existía por sí mismo (swayambhu). Brahma se transformó en un enorme jabalí (varaha) para hacer salir la tierra de las profundidades del océano. El primer hombre, Manu, nació directamente de Brahma. Era hermafrodita y tuvo dos hijos y tres hijas con su mitad femenina.
Lo más sorprendente de todos estos relatos es que ninguno nos explica cómo empezó el universo. No se habla de que las cosas hayan sido creadas de la nada, simplemente la materia de que está hecho el universo es utilizada una y otra vez en una serie de ciclos periódicos, como en una gigantesca empresa preocupada por la ecología. En cierto sentido, es el resultado lógico de la concepción hindú de los eternos ciclos del universo, que pasa por cuatro fases sucesivas o yugas, sometido para siempre al ciclo de la regeneración y la destrucción. Se atribuye a los cuatro yugas una duración respectiva de 4.800, 3.600, 2.400 y 1.200 años divinos, cada uno de los cuales dura 360 años humanos. La calidad de la vida y la de los seres humanos va empeorando progresivamente en cada yuga hasta llegar a la actual yuga sombría (kali), que concluirá con un gran diluvio universal al que seguirán una nueva edad de oro y la procreación del hombre por Manu.
Este gran ciclo cósmico que se muerde eternamente la cola, este monótono subir y bajar de la marea en el que toda ilusión de movimiento hacia delante es de hecho un retroceso, se ajusta perfectamente a la vida del campesino indio a lo largo de los siglos. Tras los ardores del verano viene el diluvio del monzón, que reaviva la eterna esperanza de que al fin se terminen el hambre, la miseria y las privaciones. Así, cada ciclo agrícola es en realidad el gran ciclo cósmico en un microcosmos. Prácticamente todas las fiestas de las distintas regiones de la India coinciden con los momentos más importantes de ese ciclo agrario, de modo que, aunque estoy escribiendo este artículo a finales de marzo, en casi todo el país se está celebrando ahora, cuando la cosecha está lista, el tradicional año nuevo indio.

Mitos de creación de Egipto antiguo

Hay algunos mitos de creación que se desarrollaron en ubicaciones varias en Egipto. Los mitos todos tenían en el centro de su historia un montón primigenio lo saben como la "Isla de la creación." Era el objetivo de religión recrear esta vez que causó que los egipcios fueran muy tradicional en sus creencias. Cada uno de los mitos de creación muy importantes afirmaron que el templo de su dios / s local era la ubicación física de la isla. Tres historias muy importantes que se desarrollaron en el reino viejo eran el mito de Heliopolitan, el mito de Memphite, y el mito de Hermopolitan. Cada uno fue puesto el nombre de la ciudad donde el mito se desarrolló respectivamente.

El mito de Heliopolitan se desarrolló en Heliopolis y se centraba en re- Atum como la dios cifra de tecla. De acuerdo con el mito, re- Atum se legó en la existencia. De él, Shu, el dios de aire y Tefnut, el dios de la humedad, fue creados. Estos dos tenía Geb, el dios de tierra, y nuez, el dios de cielo por turno. De éstos el dios de los elementos podía producir la creación. Por turno, estos dos produjo a Osiris, Isis, Seth, y Nephthys. Este mito era el más aceptado ampliamente y famoso de los mitos de creación.

El mito de Memphite se originó en Menfis. De acuerdo con este mito Ptah fue el que era el creador dios supremo. De acuerdo con este mito, Ptah era uno quien empezó el ciclo y no re- Atum. De Ptah, una hija ser creado quien creó re- Atum por turno. De acuerdo con este mito Ptah, era creador del mundo, los dioses, ciudades, comida, bebida, y all that era necesario para la vida. Este mito nunca adquirió el apoyo popular entre the majority of las personas en Egipto.

El mito de Hermopolitan fue desarrollado en Hermopolis. Aquí los dios Thoth, dios de la sabiduría, era el jugador principal. Hay algunas versiones a este mito. Una cuenta tiene un grupo de ocho dioses tener los papeles muy importantes en la creación all de un océano primigenio. Otra cuenta tiene un huevo cósmico como la fuente de la vida. Otra cuenta para la creación era Thoth venir de una flor de loto que surgió en el "Mar de cuchillos.".

Después, los mitos se desarrollaron en el nuevo reino. Uno se desarrolló en Karnak en el templo de amén - re. Éste afirmó que el amén - re era el creador de hombre y los dioses. Another one en el nuevo reino de Khnum que el carnero dirigió dios de Elephantine. Este mito tiene Khnum crear a hombre sobre el suyo que los alfareros empujan.

Antropogénesis Maya
La Creación
“Primero todo era silencio, había mucha calma. No había nada que estuviera en pie en toda la faz de la tierra, solo existía el mar en reposo y un cielo apacible. Todo era oscuro, solo Tepeu y Gucumatz (progenitores) estaban en el agua rodeados de claridad. Ellos son los que disponen de la creación de árboles, bejucos, nacimiento de la vida y del hombre. Se formó el corazón del cielo. Mediante su palabra ellos hicieron emerger la tierra. Dijeron “Tierra” y esta fue hecha.” Popol Vuh

Los mayas, coinciden (como casi todos los pueblos del mundo) en que el origen del mundo, está en el “Verbo” o Logos Platónico, dice el Popol Vuh, que todo estaba en suspenso, que nada se movía, ni existía, y entonces vino “La Palabra”, esto nos recuerda a San Juan cuando dice “En un principio era el verbo…”

“Así como es arriba es abajo”, reza la afirmación de Hermes Trismegisto, de la misma forma como fue creado el Universo, así mismo -y con las mismas leyes-, deberá el ser humano, extender la obra del creador en uno mismo.

“Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación…cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida en el agua”.

El caos Primordial (silencio, el reposo), se encuentra en las aguas primordiales dentro del mismo ser humano y si aprendemos a trasmutar tales aguas es posible que exista una creación superior.

El Fuego sagrado del Amor, debe fecundar las aguas puras de vida y así surge el verdadero Cosmos Hombre (la palabra Hombre incluye al varón y la mujer).

En el Popol Vuh de los mayas, el ave y la serpiente figuran como creadores sexuales del Universo. Tepeu y Cocumatz envían un gavilán al inmenso mar de la gran vida para traer la serpiente, con cuya sangre maravillosa amasan el maíz amarillo y blanco. Dice el Popol Vuh, que con esa masa de maíz blanco y amarillo, mezclado con la sangre de la serpiente, el dios Tzacol formó la carne de la gente. El ave representa al Espíritu Universal de Vida. La serpiente representa al fuego sexual del Tercer Logos. La sangre de la serpiente indica las aguas del Génesis, el Gran Esperma Universal, el Ens Seminis o Semen Cristónico, en cuyas aguas está el germen de toda vida. Estas aguas son la sangre de la tierra, según el filósofo maya. La diosa Coatlicue es la Madre de la Vida y de la Muerte.

(el Ens Seminis).

Realmente, el fuego sexual del Tercer Logos hace fecundas las aguas de la vida para que surja el Universo.

En la teogonía maya, dos dioses intervienen en la creación: uno que da la vida y la forma al hombre, y otro que le da la Conciencia. El Tercer Logos hace fecundas las Aguas de la Vida y cuando éstas han sido fecundadas, interviene el Segundo Logos infundiendo Conciencia en todos los organismos. Los vehículos de acción de todas las fuerzas Logoicas son los dioses inefables.

El Gavilán H´ Ch´ Uuy, el guacamayo “Mo”, el cernícalo X´ Cen Cen Bac, el tapir, Tzimink, Aax y la serpiente “Can” son los factores básicos de los mitos geogénicos mayas. Estos símbolos se utilizan exotéricamente y esotéricamente. En el campo exotérico o público simbolizan hechos de tribu, acontecimientos históricos, etc. En el aspecto esotérico o secreto, la cuestión es altamente científica, profundamente filosófica, sublimemente artística y tremendamente religiosa.

Entre los mayas, el Paraíso Terrenal es Tamoanchan, el sagrado lugar del Pájaro Serpiente. Tamoanchas son de hecho los Iniciados de la Serpiente. El mito de los Tamoanchas es el del Pájaro-Serpiente. Los Tamoanchas descienden de los toltecas, olmecas y mayas. (Samael Aun Weor. Matrimonio Perfecto)

Así mismo, los Mayas conocían a fondo la historia del Mundo, sus razas anteriores y cómo fueron destruidas, al respecto dice el Maestro Samael Aun Weor:

“El Libro Sagrado de los Mayas, El Popol Vuh, dice que Dios creó al hombre de barro y después de madera (la raza Atlante), pero ellos se olvidaron de sus "Padres y Madres", se olvidaron del "Corazón del Cielo", luego vino un gran diluvio y todos perecieron, se metían en cavernas para guarecerse y éstas se derrumbaban (se refiere al sumergimiento de la Atlántida). Así pues cada quien tiene a su Padre y a su Madre Divina que son muy sagrados. En el Padre y en la Madre Kundalini vemos las dos columnas Jachín y Boaz que son las que sostienen el Templo.”

No podía faltar la divinidad representada en sus tres aspectos (Padre, Hijo y Espíritu Santo), conocida como la Trinidad, representada entre los mayas como el Corazón del Cielo, cada cultura del mundo la representa de alguna forma, así tenemos lo que dice el Popol Vuh:

“Se manifestó la creación de los árboles, de la vida y de todo lo demás que se creó por el Corazón del Cielo, llamado Jurakán. La primera Manifestación se llamaba Caculjá Jurakán, el rayo de una pierna. La segunda manifestación se llamaba Chipí Caculjá, el más pequeño de los rayos. Y la tercera manifestación se llamaba Raxá Caculjá, Rayo Muy hermoso. Y Así son TRES el Corazón del Cielo.”

Estas tres fuerzas primarías de la naturaleza en el macrocosmos (Universo) se unen para crear y lo mismo debemos hacer en el microcosmos (Ser humano) para lograr la creación del Auténtico y verdadero Hombre interior.

El Génesis Maya, no solo se refiere a cómo fue creado el Universo, sino explica -para quien tenga ojos, vea- la forma y método con la cual podemos lograr la creación del universo interior, para lo cual hemos venido a este mundo.
Ma. Guadalupe Rodríguez L. - Comisión “Cursos por Internet”
Los mayas creyeron que fueron creados ahí, en tierras del Mayab, pues no habían venido de ninguna parte, de ninguno de los cuatro puntos cardinales de la tierra. Ahí fueron por que ahí los hizo aquel cuyo nombre se dice suspirando ¡Hunab Ku!

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